Óscar Martínez de 25 años, y su hija Valeria de un año 11 meses fueron arrastrados por la corriente del río Braco en México, Tania Ávalos de 21 años, esposa y madre de la menor fallecida, además de ser testigo de la pérdida de su familia, ahora se recupera en un hospital de la localidad.
Este hecho le ha marcado la vida a la única sobrevivientes, al igual que la tragedia se convierte en un símbolo, el hecho fija un presente, un testimonio vivo, que servirá para cambiar la forma de pensar del migrante.
Ellos partieron de El Salvador por querer tener una mejor calidad de vida, pero el destino les tenía una tragedia preparada, fueron arrastrados por el Río Bravo en Tamaulipas, México, cuando intentaban llegar hasta Estados Unidos.
Los fallecidos son originarios de Altavista, una Colonia ubicada al Nor-Oriente del gran San Salvador, mientras que el gobierno salvadoreño por su parte ha ofrecido ayuda para repatriar los cuerpos.